domingo, 14 de noviembre de 2010

Las medidas, una herencia impropia del S.XXI

El pasado jueves, 4 de Noviembre, tuvo lugar el I Debate de Análisis Fallero Falla Plaza de la Merced. Con las fallas infantiles como telón de fondo, artistas y entendidos del monumento trataron de analizar porque sufrieron limitaciones las fallas infantiles, como influyen a la hora de diseñar, y que medidas podrían tomarse para solucionar las consecuencias que estas han provocado.

A modo de resumen, me gustaría dar un análisis global sobre este tema. El crecimiento de las fallas infantiles entre finales de los 80 y principios de los 90, dio lugar a espectaculares y abiertas composiciones, en las que se desarrollaban las temáticas dedicadas a los más pequeños. Fallas alargadas, diagonales, con elementos salientes que dialogaban con la composición a la vez que equilibraban la misma, fallas que abrazaban al espectador o incluso proyectos de falla que permitirían su paso bajo el arco formado por su remate (Proyecto no realizado de Juan Carlos Molés para Convento Jerusalén en 1997, truncado precisamente por las restricciones pactadas ese año).


De Las Medidas
Convento Jerusalén. Juan Carlos Molés. 1997. Fotografía de Juanjo Vidal Blesa

Incomprensiblemente, las medidas paralizaron todo ese posible repertorio compositivo, en pos de un control casi “leonino” sobre las fallas infantiles. Se limitó la composición a un cilindro, que en sus inicios tenía como máximo 2,5m, para años después, dando una “concesión” a artistas y comisiones, se amplió a los 3m.

Con el crecimiento de los presupuestos, las comisiones (que son las que ponen su dinero para tener la “mejor” falla), en su lucha por los premios, han ido instando a los artistas a llenar el cilindro de ninots para justificar su presupuesto. A mas presupuesto, mas muñecos, más detalle, pero menos libertad creativa.

Estas medidas han supuesto, de una manera u otra, una “censura” compositiva. Con ello, se está coartando las libertades de los artistas, que están entre la espada y la pared: entre las medidas y las comisiones.

No es lógico, que en pleno siglo XXI, se esté limitando artísticamente y formalmente (porque la composición es una característica intrínseca del arte). Y menos mal que el abanico estético de las fallas infantiles se ha abierto tanto…



De Las Medidas
Plaza de la Merced. Pedro Rodriguez. 1996. Fotografia de Pedro Rodriguez

Las medidas de una falla infantil, deberían ser un punto más de calificación del jurado, que fuera un elemento que influyera positiva o negativamente en la valoración del jurado (Como me apuntó el artista Pedro Rodríguez). Es ilógico impedir que existan elementos salidos de la composición, que conceptualmente dialoguen con el monumento infantil, justificados en el argumento temático de la fallita.

Pero claro, para este último punto hace falta un jurado cualificado, que tenga herramientas para valorar todos los puntos a calificar en una falla infantil.

En definitiva, los artistas deberían unirse y hacerse notar (mas y mejor), a la vez que las comisiones recogieran su testigo para poder cambiar estas restricciones que afectan a unos y a otros.

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*Banner: Albacete-Marvá. Jose Luis Santés. 1992. Fotografia de Alamut

Nou Campanar. Julio Monterrubio. 2010. Fotografia de Jose Francisco Carsí Navarro